25/1/13.- Durante los pasados plenos extraordinarios,
celebrados en el ayuntamiento isleño, ocurrieron varios asuntos que son dignos
de reseñar. Uno, sobre todos, la clase “magistral”, como llegaron a calificarla
algunos de los asistentes del público, que hizo el Primer Teniente de Alcalde y
Portavoz Andalucista, Francisco Zamudio, sobre el Plan General de Ordenación
Urbana de Isla Cristina (PGOU).
De forma clara, nítida y casi educativa, Zamudio hizo un
espléndido repaso por el devenir del actual Plan, desde que se inició, allá por
el año 2002, siendo alcalde, hasta hoy día, que se ha vuelto a reactivar, una
vez adaptado a las nuevas normas.
No vamos a
repetir todo lo dicho por Zamudio en su intervención, aunque sí cuando recordó,
de forma tranquila y pausada, que “el plan se inició en 2002, estando
todavía vigente el del 87. Me tocó gestionar el 95%. Se inició sin prisas
porque todavía estábamos ejecutando el anterior, pero además, todos los ayuntamientos
que empezamos uno, tuvimos que soportar una batería de normas y nuevas leyes
que ralentizaron su aprobación definitiva”.
Continuó explicando que “éste cae en suspenso porque un grupo de vecinos, la mayoría de fuera de Isla Cristina, lo denuncian, basándose en la falta de un documento, que la Junta de Andalucía dijo no era necesario, cuestión de criterios”, y lamentó que “el Grupo Popular no haya alegado durante la exposición pública, porque, estoy convencido, hubiera mejorado el documento”, para a continuación, decir no entender “la ausencia de un grupo de la oposición que, por discrepancias en el pleno anterior, no está en éste, donde se debate un tema de vital importancia para el futuro de Isla Cristina”.
Polémica con
“cortina de humo” incluida
Lo triste de la jornada, lo ocurrido poco antes, en el
pleno extraordinario donde se debatía una Operación de Tesorería de 1,5
millones de euros destinado, entre otros, para pagar un par de nóminas de los
trabajadores municipales y gastos del propio ayuntamiento.
Aquí, el Portavoz del Grupo Popular, Francisco González,
habló de todo menos de lo que se tenía que debatir. Habló de lo divino y lo
humano y, como es habitual, se fue “por los cerros de Úbeda”. Fíjense si se
fue, que terminó hablando de “letrillas de carnaval”, quizás por lo cercano de
la fecha, lo que aprovechó Zamudio para reprocharle que use el coro carnavalero
en el que va para hacer política.
Nunca, repetimos, nunca acusó Zamudio al resto de los
componentes de dicho coro de lo mismo que a González, al contrario, entre grito
y grito del popular, Zamudio le decía que no estaba nombrando al resto de sus
componentes, “solo le nombro a usted, que
es el político, deje al resto en paz, no tergiverse mis palabras”.
Y es que, aún siendo legal, es inmoral que un Portavoz de
la Oposición utilice un altavoz como los carnavales isleños, un escenario como el
del Teatro “Horacio Noguera” y a los medios de comunicación que lo retransmiten,
para cantar contra el Equipo de Gobierno Municipal, eso, se mire como se mire,
es hacer oposición cuando viene de un concejal y diputado provincial en activo.
Nada más. No hubo más que esas palabras, y a la vista de
los aspavientos y sulfuramiento “in crescendo” del popular, a grito limpio, sin
escuchar a nadie ni nada, se le une la Portavoz del PIF, Antonia Grao, que, sin
tener “vela en este entierro”, porque el debate se desarrollaba entre Francisco
González y Zamudio, entra en juego e intenta, como es su estilo, echar más leña
al fuego, porque, ya se sabe, “a mar revuelto...”.
Pero engañó a pocos. El PIF necesitaba una excusa para
escapar de allí, salir del plenario para no llegar a una votación que le iba a ser
muy incómoda. Grao, que se lo vio venir, no quiso aprobarle una moción al
Equipo de Gobierno por lo que conllevaría en el futuro..., tener que soportar
el “sanbenito” de que “se alineó con andalucistas y socialistas”. Y, por otro
lado, no podía votar en contra porque se le echarían encima todos los
trabajadores municipales, al achacarle que no votó a favor de que ellos
cobrasen sus sueldos. Y, pensó, “este follón me interesa” y, de nuevo, se
levantó e insistiéndole a sus propios concejales para que la siguieran,
abandonó la sala profiriendo insultos hacia el andalucista, lo que,
desgraciadamente, se está convirtiendo en algo habitual.
Pero, a pesar de lo burdo de la puesta en escena, provocando
la sorpresa de todos los presentes, lo que no se entiende es que el PIF no
volviera al pleno siguiente, máxime cuando lo que se exponía era, nada y nada
menos, la aprobación del PGOU, una de las herramientas más importantes para
reactivar la economía local. Sobrevoló en la sala una reflexión en silencio
sobre la “Operación Escapada” de Antonia Grao, y es que “cómo puede una
formación política pretender gobernar algún día el ayuntamiento, si antepone
sus intereses políticos al colectivo de toda una Ciudad”.
Lo positivo de todo, es que se dio un paso más para que el
Plan General de Ordenación Urbana de Isla Cristina salga aprobado definitivamente
en un futuro cercano y el Partido Andalucista ha contribuido a ello votandolo a
favor.
Será responsabilidad de la Oposición explicar el por qué uno (PP), se
abstuvo y el otro (PIF), ni si quiera lo votó.