MUJERES
ANDALUZAS QUE TIRAN PA'LANTE
Hoy, 8 de marzo, conmemoramos el Día Internacional de la Mujer para recordar a los poderes públicos y a la ciudadanía que aún queda un largo camino para alcanzar una igualdad real entre hombres y mujeres. Más que el Día de la Mujer, los andalucistas conmemoramos el Día de las Mujeres, en plural, porque las mujeres del siglo XXI no somos uniformes, como tampoco lo son pueblos. Las mujeres queremos alcanzar la igualdad sin renunciar a ser diversas.
La diversidad es un valor fundamental para los andalucistas. La diversidad es
riqueza frente al dogma de la uniformidad. La realidad de una jornalera de
Andalucía no es la misma que la de una alta ejecutiva de Madrid., como tampoco
comparten la misma realidad un mujer víctima de malos tratos o una mujer
lesbiana de la sierra de Cádiz, que la que vive en Madrid o en cualquier otra
zona urbana. Nada es más injusto que considerar a dos mujeres diferentes de la
misma manera.
Esta crisis económica que vivimos está enviando nuevamente a las mujeres al
ámbito doméstico. Cuando no hay trabajo es la mujer la que renuncia a sus
derechos y se dedica a llevar a su familia, sus hijos y su casa, PA’lante. Las
cifras de desempleo tan alarmantes que tenemos en Andalucía condenan a las
mujeres andaluzas a la desigualdad con mayor virulencia. Ser mujer y estar
parada en Andalucía es una realidad mucho más dura que ser mujer y parada en
otros territorios españoles o europeos. Aquí hay más desempleo que en cualquier
otro pueblo, más pobreza que en cualquier otra comunidad y quienes más lo
padecemos somos las mujeres.
Las mujeres andaluzas sufrimos las consecuencias de la crisis por partida doble: por ser mujeres y andaluzas. El estallido de la burbuja inmobiliaria, el ladrillazo que nos impusieron PP y PSOE, ha desahuciado a muchas más mujeres en Andalucía que en otras partes de España. ¡Como me duelen las mujeres de los pescadores andaluces que no saben que poner cada día de comer porque tienen amarrados en los muelles sus barcos! ¡Que no me digan que están igual que las mujeres de los pescadores de otros lugares de España!
Somos mujeres y somos madres. Madres que vemos como nuestros hijos, que no
tienen trabajo, se ven obligados a emigrar a la Alemania de Merkel para buscar
un futuro mejor. Madres que llevamos a nuestros hijos al colegio sabiendo que a
los niños del País Vasco se destinan tres veces más para su educación que lo
que se destina en Andalucía a nuestros escolares. Madres, las que con suerte
trabajamos, a las que nos resulta casi imposible conciliar la vida familiar y
laboral. Y que además de llevar PA’lante a nuestros hijos, tenemos también que
cuidar a nuestros padres, porque ya no hay dinero para pagar las ayudas a la
Dependencia. Madres, que también son viudas y que no llegan a fin de mes con
una pensión irrisoria que no cubre la mas mínima subsistencia ni compensa el
esfuerzo de años trabajados para conseguirla.
Esta es la realidad de la mujer andaluza, la de la mujer cualificada que apenas
llega a directiva porque estos puestos los ocupan los hombres; la de la mujer
autónoma y empresaria que tiene que despedir a compañeras trabajadoras o echar
el cierre porque los bancos no les dan crédito con el que sacar PA’lante su
empresa. Esta es la realidad de la mujer trabajadora, que con esta reforma
laboral injusta e insolidaria que castiga a Andalucía tres veces más que a
otras comunidades autónomas.
Pero si hay algo también en lo que coincidimos todas las mujeres andaluzas es
en nuestra capacidad de aguante y nuestro coraje para tirar plante. No queremos
mas lamentos ni políticas de despachos o de salón Queremos gente de verdad, que
nos cuente la verdad, que no nos vengan con mentiras n milongas, porque si a la
mujer andaluza le dicen la verdad, ella es capaz de, con esa verdad, tirar
palante.
El Partido Andalucista es un partido de hombres, pero también de mujeres; de muchas mujeres simpatizantes y militantes que defendemos una política de igualdad desde el respeto siempre a la diversidad. Una política de igualdad de género real y no de salón, que incluya a las divorciadas, a las jornaleras, a las lesbianas, a las viudas, a las autónomas, a las empresarias, a las mujeres de la zona rural, de la zonas urbanas, a las mujeres de la mar, a las mujeres de astilleros, a las mujeres desempleadas, a las aceituneras, a las mujeres transexuales, a las mujeres inmigrantes y a todas esas mujeres que sufren en silencio su doble discriminación: por ser mujeres y andaluzas.
La mujer andalucista no quiere una política de igualdad que no entiende, no
respeta o no acepta la realidad diversa de la mujer andaluza del siglo XXI. Y
esa es nuestra política, la de la calle, la cercana, la que conoce la teoría,
pero también la práctica. Nuestro concepto de igualdad es el de las mujeres
andaluzas que no pierden la esperanza y confían en que un futuro mejor para
nosotras, nuestras madres y nuestras hijas es posible. Estoy convencida de
ello. Te doy mi palabra de mujer.