16 de Junio de 2010

La falta de planificación del carril-bici provoca incidentes.


La nula o deficiente planificación del recién estrenado carril-bici de Isla Cristina continúa deparando incidentes. El último se ha saldado con un herido leve en el Centro de Salud de la localidad al impactar un ciclista contra la puerta abierta de un vehículo que estaba estacionado.


Este hecho ocurrió recientemente en la Avda. Parque cuando un niño se disponía a salir del coche familiar por el lado derecho -ya que por el izquierdo está la calzada- y al abrir la puerta, un ciclista que circulaba por el carril, no pudo esquivarla y colisionó contra ella. Afortunadamente no hubo que lamentar males mayores más que los consiguientes rasguños y contusiones en el brazo izquierdo y el pecho, además del susto para el propio ciclista, el niño y el padre. Debido al incidente se han interpuesto los correspondientes partes, y el propietario del vehículo valora la posibilidad de denunciar al Ayuntamiento isleño por lo que el considera una errónea división entre ambos espacios, el de los coches (calzada) y el de los ciclistas (carril-bici).


Pero este no ha sido el único problema que se deriva de una pésima o nula planificación. Primero, lo denunciado en un pleno por los Andalucistas, la eliminación de 800 aparcamientos y su posterior solución chapucera de estrechar la calzada para resituarlos, en vez de subir el carril-bici a una acera que, en ocasiones, alcanza los 10 metros de amplitud.


Este estrechamiento se hace mucho más visible, rozando lo denunciable, en la única vía de acceso a la playa más concurrida de Isla Cristina, la “Central”, por donde ahora casi no puede circular el autobús público debido a la estrechez de la vía.


Otro de los aspectos que pone de manifiesto la mencionada improvisación de lo diseñado son los bolardos elegidos para la separación del circuito ciclístico. Estos son extremadamente altos, lo que ha provocado, provoca y seguirá provocando que las puertas de los vehículos, al ser abiertas, golpeen en los abultados armatostes e, irremediablemente, el vehículo termine en el taller de turno. Son, sobre todo, los vecinos de las zonas por donde discurre el carril-bici los más afectados, lo que aumenta el malestar del vecindario. A todo lo explicado hay que unirle que los contenedores han tenido que ser resituados, del interior al exterior de la calzada, también sobre los aparcamientos.


Todos estos problemas no son achacables a la falta de costumbre ni al tiempo para habituarse a cualquier nueva obra, es algo mucho más grave y ahora de difícil solución, porque son el resultado de una nula o pésima planificación previa. Es más, desde algunos ámbitos se ha llegado a apuntar que los problemas de diseño y ejecución del carril-bici han sido provocados por la premura e improvisación del Equipo de Gobierno de acogerse a la consiguiente subvención administrativa de los 425.000 euros (más de 70 millones de pesetas) que ha costado el circuito, que dicho sea de paso, con las necesidades por las que se atraviesa, bien se podía haber usado esta importante cantidad de dinero para solventar otras necesidades más perentorias.